lunes, 13 de abril de 2009

Objetos míticos del ciclo artúrico: el Santo Grial

Como bien explica el libro de lectura (página 109), el Santo Grial es la copa de la que bebió Jesucristo en la Última cena y que, después, recogió la sangre de Jesús cuando fue crucificado.
José de Arimatea fue el encargado de esconderla durante treinta años (en los que no envejeció) por el temor a que fuera destruida por los enemigos de la nueva religión. Trasladada a Occidente, a Britannia, fue la causa milagrosa de multitud de conversiones al Cristianismo, y se convertirá más adelante en el principal objeto de búsqueda de los caballeros de la Tabla redonda.

A partir de aquí podemos destacar dos tipos de historias:
- Las de los caballeros de la Tabla Redonda buscando el Santo Grial, donde destacan los caballeros Perceval ( o Parsifal, de quien Wagner creará una ópera) y Galahad.
- La propia historia del Santo Grial, de la que quiero destacar la tradición aragonesa que cuenta que los Papas romanos lo llevaron a los Pirineos para protegerla de ataques enemigos. Estuvo en Yesa, San Pedro de Siresa, Jaca y San Juan de la Peña, para bajar luego a Zaragoza (la Aljafería) y de allí a Valencia, donde fue entregada a la Catedral (y que todavía hoy podemos visitar en una hermosa capilla).

El Grial forma parte de la mitología cristiana medieval, y se le han atribuido multitud de significados. Hay autores que incluso hablan de “Sang reial”, esto es, descendientes directos de Cristo (por ejemplo, la famosa y controvertida novela El Códice Da Vinci).
¿Recordáis a Indiana Jones en busca del Santo Grial? Aquí en versión portugesa
Y si os gusta El Mago de Oz...

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